Si bien la cirugía con Laser Holep es la más recomendada por su amplia cantidad de beneficios, informamos sobre otros procedimientos y sus riesgos. Por cualquier consulta, no dude en ponerse en contacto con nuestros especialistas.
Otro tipo de Cirugías para el Agrandamiento Benigno: Resección transuretral
Esta cirugía remueve el tejido en pequeños fragmentos, con el resectoscopio, un instrumento que se introduce a través de la uretra en el interior de la vejiga comenzando a resecar por el cuello de la vejiga. Un cable conectado al resectoscopio remueve el tejido prostático utilizando corriente eléctrica. Un catéter permanece colocado en la uretra por tres días y se requiere internación durante ese lapso.
Ha sido el procedimiento más usado en los últimos 50 años. Pero a pesar de esto, sólo un puñado de estudios documentó de manera prospectiva la eficacia de la técnica a mediano y largo plazo. La mayoría de los estudios con resección endoscópica mostraron resultados retrospectivos de calidad variable. El descenso de volumen medido por ecografía después de una RTUP es de 60% y si bien la mortalidad de la resección es muy baja (0,1%), la impotencia oscila entre el 5 y 10% de los casos y la incontinencia ocurre de 2 a 4% de los casos.
Otro tipo de Cirugías para el Agrandamiento Benigno:
Cirugía a cielo abierto
Existen dos tipos de cirugía abierta para el adenoma de la próstata: la suprapúbica y la retropúbica. Ambas emplean una incisión que se extiende desde el ombligo hasta el pubis.
La vía suprapúbica requiere abrir la vejiga y extraer los lóbulos de la próstata a través de la vejiga. En la vía retropúbica se abre la cápsula de la próstata y el adenoma se extrae sin abrir la vejiga. En ambos tipos de operación se coloca un catéter a través de la uretra en el interior de la vejiga y permanece allí de 5 a 7 días después de la cirugía.
Las complicaciones más frecuentes son el sangrado excesivo y la infección de la herida. Las complicaciones potenciales más serias son el desplazamiento de trombos al pulmón y la neumonía. Los ejercicios respiratorios, el movimiento de las piernas en la cama y la movilización temprana ayudan a prevenir estas complicaciones.
La permanencia en el hospital es cercana a la semana y más prolongada que la resección transuretral de próstata.
La vaporización prostática
Esta cirugía tuvo un reciente resurgimiento debido a estrategias de marketing y comerciales que no vienen al caso. Su principal dificultad es que no se obtienen beneficios positivos en próstatas grandes y la mayoría de los estudios de vaporización solamente reportan resultados hasta el año de seguimiento.
Por otro lado el descenso de volumen luego de la utilización de esta técnica es tan solo del 40%. En lo que hace al largo plazo un estudio multicéntrico sugiere que los resultados se deterioran con el tiempo mostrando empeoramiento del flujo de orina entre 1 y 3 años después de la vaporización. Puede señalarse como una opción atractiva para urólogos que tratan con pocos pacientes.
Los dos temas importantes a considerar en pacientes que se les sugiere la vaporización prostática son: por un lado la información que debe dársele a cerca del potencial sub-diagnóstico de cáncer de próstata ante la falta de material para analizar por el patólogo, y por otro lado el efecto que hace la vaporización en el tejido prostático remanente que dificultaría cualquier tratamiento de cáncer (CA) de próstata con prostatectomía radical. Por esta razón la enucleación con láser de Holmium al igual que la resección endoscópica y la cirugía abierta permiten desobstruir eficientemente y además, analizar el tejido que se extrae para un diagnóstico certero.